
Pues no sé si son casualidades de la vida, pero tras las elecciones municipales de 1931, Alfonso Borbónez tuvo que irse al exilio sin corona pero con su cabeza. Este mes la Investigación mongola se centra precisamente en las parafilias del susodicho. He aquí el cromo:
Como de costumbre, a la venta en su kiosquería o comiquería de confianza... ¡Ya tardan!